miércoles, 12 de agosto de 2009

Volver a nacer!

Esta es una colaboracion de JC un entrañable amigo!


Soy una persona común, con una vida común, un trabajo común, una familia común, en general todo común. Esto viene a colación porque cuantas veces nos hemos dicho a sí mismos “si yo volviera a nacer”.

Pues efectivamente si volviéramos a nacer nada sería igual a lo que estamos viviendo en su momento, a lo que ya vivimos y a lo que iremos a vivir, muchas veces creemos que corregiríamos muchas cosas de las que no nos sentimos muy a gusto o en las que no estamos de acuerdo. Así que aquí intento recrear lo que pudiera ser una respuesta a la incógnita de “si yo volviera a nacer.”

Así que retrocedamos un poco en el tiempo, al menos al momento de la fecundación cuando fui concebido.


Aquí estoy yo nadando en un océano interminable de aproximadamente de 3 a 5 mililitros de espermina, compitiendo contra 400 millones de individuos que quieren usurpar mi lugar en el ovulo y como la interrogante es ¿Qué pasaría si volviera a nacer? Así es que una vez mas de entre millones soy el único que logra penetrar la fuerte coraza del ovulo y el ser yo entre millones ya es digno de grandeza.

Sin caer en detalles irrelevantes les diré que los acontecimientos desde el momento de mi nacimiento no cambian, lo que si cambia es mi forma de asimilar los diferentes suceso que marcan mi vida y esto es lo que cambia el rumbo de mi vida en esta mi segunda oportunidad de nacer.

Nací en una familia típica mexicana, en la sencillez de una vivienda que tan solo media 4x4 y donde solo alcanzaba entrar una cama, una mesa con 4 sillas, un tronco que hacía las veces de mesa para sostener un televisor de 20” de bulbos en el cual la imagen es blanco y negro, dos petates que se tendían todas las noches para que durmiese cada uno de mis hermanos.

Soy de las pocas personas que se pueden jactar de conocer la casa donde vinieron al mundo, ya que el parto de mi madre fue asistido por una partera(mi abuela) que con nulos conocimientos de enfermería o medicina utilizaba los mismo principios de alumbramiento que aplicaba para con los animales del rancho.

Por obvias razones los impactos de una vida llena de carencias y de pobreza no se dan en mi nacimiento, que si bien me veo rodeado de carencias es hasta después de dejar la lactancia donde empiezo a cambiar las circunstancias del diario vivir.

Marcado por la violencia intrafamiliar de una madre abnegada que constantemente recibe tremendas golpizas de un padre alcohólico, el abuzo de la fuerza y humillaciones de dos hermanos mayores hacen de mi una persona introvertida.

Personalidad que me trajo muchos problemas de identidad y dificultad para interactuar con la demás gente, siempre considere que mi carácter pasivo y mesurado era un defecto es aquí donde en lugar de tomar una actitud pasiva, sumisa, e introvertida opto por lo contrario, ser agresivo, expresivo aun cayendo en lo irreverente, para no permitir que se aprovechen de mis miedos y debilidad.

En esta segunda oportunidad de vida no dejo que nada ni nadie se aproveche de mi y trato de ser yo el que lleve las riendas de los asuntos, así que empiezo a poner mis condiciones y mi liderazgo aun a costa de una violencia desmedida para hacerme respetar, los primeros en sentir mi furia es mi propia familia en especial mi padre, que en una de tantas ocasiones en las que golpea a mi madre bajos los efectos del alcohol entro yo para asestarle un fuerte golpe en el rostro de mi progenitor, en este momento mi furia es tal que siento a mi padre como a una pequeña ave entre mis manos, es increíble cómo se desvanece la imagen de mi héroe el ser más grandioso, alto, fuerte, guapo e inteligente ( aun con solo haber estudiado el tercer grado de primaria) reducido a un guiñapo la escena se hace más dramática con los gritos y llanto de mis hermanos, que no se si lloran de miedo al ver mi transformación o porque tal vez ellos hace mucho tiempo habían estado reprimido el valor de poner un alto a las constantes escenas de agresiones a nuestra madre o el llanto es de ver como cae la imagen de mi padre que a pesar de su enfermedad de alcoholismo es nuestro héroe.

El volver a nacer no es garantía de que vamos a sabe escoger nuestro camino, tampoco es garantía de saber asimilar situaciones adversas. La vida es una gran maquinaria en la que los engranes se van ensamblando a la perfección, en el momento y en el lugar adecuado para dar como resultado nuestro modo de vida.

Así que después de este percance con mi padre me salgo de casa, no sé si por remordimiento de faltarle el respeto a mi padre porque aun dentro de la pobreza, sencillez y el analfabetismo en el que vivimos, nos han inculcados grandes valores morales, o bien me salgo de casa por temor a que volviera a pasar la misma escena y esta vez no pudiera detenerme a tiempo, o quizá como correctivo a mi mismo por darle ese trago amargo a mi madre, padre y hermanos.

A los 17 años de edad y fuera del núcleo familiar se es más susceptible de cometer errores muy costoso, rodeado de “amigos” que pasan por las mismas situaciones que yo, me siento protegido y entendido, veo como a mi alrededor hay alicientes (drogas) para hacer menos el sufrimiento moral o por lo menos estos sufrimientos morales son los pretextos perfectos que justifican el consumo de las mismas. Para mí no representa mayor problema la disyuntiva de drogarme o no, ya que tengo la firme convicción de no hacerlo, lo que si significa para mí un gran problema es saber contener mi carácter violento. La adrenalina que corre por mis venas cuando la violencia se apodera de mí.

En mi afán de conseguir un respeto y no ser el chico tímido y frágil de la vida anterior soy participe de muchas peleas callejeras en las que mi violencia se impone ante todos. Al paso del tiempo es tanto el miedo que inspiro en mi barrio y sus alrededores que esto me hace sentir invencible. No sé cuantas riñas he librado solo sé que he visto caer a mas de tres de mis compañeros, al que mejor le ha ido es haber muerto ya que estos son recordados como los grandes carnales que dieron la vida por mí, mientras que otros quedan postrados en silla de ruedas con la columna vertebral fracturada viviendo como vegetales y con la mente en blanco a consecuencia de los fuertes golpizas recibidas.



Toda esta adrenalina que alimenta mi violencia es multiplicada en mil veces más en angustia para mi madre que en un lapso muy corto de tiempo ha envejecido 100 años

Hoy es uno de esos días en los que tengo sentimientos encontrados, por un lado el placer de sentirme admirado, por otro lado el sentimiento de culpa que me aqueja el ver a mi madre que solo espera el inevitable final del fruto de su vientre.

Miro el rostro de mi madre que como un halo de luz en una obscuridad inmensa hace detenerme y reflexionar sobre mi frenético y violento vivir, me imagino a sí mismo en la pasividad de una vida tranquila, sin sobresaltos y dormir sin tener que cuidarme la espalda pero…

Ya no hay tiempo para dar marcha atrás ya tengo un respeto ganado y mas que respeto inspiro temor.

Un fuerte silbido me saca de mi momento de mis momentos de reflexión, es el silbido de mis carnales con la señal de que hay problemas en el barrio y necesitan de mi ayuda para defender el barrio. Así que una vez más los engranes de la vida siguen ensamblándose.

No sé cómo ni en qué momento y mucho menos el motivo que origino la trifulca, el hecho es hay que dar antes que recibir. la carnicería se dio por todos los flancos ; como líder temido que soy tengo que aplicar un mayor esfuerzo para no ser ridiculizado en esta ocasión un esfuerzo insuficiente porque al dar media vuelta solo veo un brillo en el puño de mi contrincante que al momento del contacto solo siento un liquido caliente que escurre por mi costado, enseguida otro golpe por la espalda esta vez el dolor agudo que se clava en mi hace que ante mis ojos todo se quede inmóvil el tiempo detiene su marcha, no hay dolor, ni miedo solo hay un gran silencio y un gran vacío , en mi mente corren miles de recuerdos todos ellos muy agradable y alegres, llenos de felicidad. No sé cuánto tiempo duraran estas escenas desfilando por mi mente, solo sé que al final de estas veo el rostro de mi madre reflejando la más cruda de las tristeza.


De bruces en el piso y con la imagen de los rostros de una madre y familiares que no tiene la mas mínima necesidad de cargar con las consecuencias de una vida llena de inestabilidad

Solo atino a cerrar mi mente con un pensamiento “si volviera a nacer

Sé que el sentirse una persona común y no tener una solvencia económica que me permita ofrecer comodidades y lujos a mis seres queridos me han permitido darle el justo valor a cada una de las cosas que en mi vida pasan sin tener que desear “volver a nacer”